Jabones artesanales: jabón de manzanilla.

El aceite de oliva constituye una excelente base para fabricar jabones. Cuando se disuelve en agua y se mezcla con un hidróxido de sodio, se produce una reacción llamada saponificación y se obtiene el jabón. El aceite de oliva aporta vitaminas, minerales y proteínas, y gracias a ello se obtienen jabones ligeros y cremosos, de pequeñas burbujas y con propiedades emolientes. Es también excelente como jabón para niños y champú. Existen dos métodos fundamentales para elaborar jabón: la técnica en frío, en las que los ingredientes se trabajan a temperatura ambiente, y la técnica en caliente, en la cual los ingredientes se funden al baño maría. Proceso en caliente: es la técnica más sencilla, rápida y segura. Hay que usar glicerina en bloque o jabón rallado, que se funde al baño maría, mezclar con los aceites esenciales y aromatizados que se desee y verter en los moldes. Después, sólo hay que dejar que el jabón se solidifique y se endurezca. Proceso en frío: es el método más parecido al sistema tradicional, aunque también es el más lento y laborioso que el proceso en caliente. Se denomina así porque no es necesario calentar los ingredientes. Esta técnica se basa en la combinación de un ácido graso y una base. Cuando ambos entran en contacto, se produce una reacción química que da lugar a una mezcla espesa, es decir, el jabón líquido. Jabón de manzanilla Engrasar un molde cuadrado o rectangular  poco profundo. Preparar una infusión de manzanilla con el agua destilada y dejar reposar. Calentar a fuego lento los aceites de coco, de oliva y de almendras dulces en un recipiente de acero inoxidable. Reservar las bolsitas de manzanilla y verter la infusión, ya fría, en un recipiente de cristal o de esmalte. Con guates de goma y gafas protectoras, incorporar el hidróxido de sodio y remover hasta que se disuelva. Colocar un termómetro en el recipiente de los aceites y otro en la solución cáustica en los aceites. Dejar reposar 2 horas, removiendo de vez en cuando, hasta que cuaje. Añadir las bolsitas de manzanilla y esparcir las hojas sobre la mezcla. Añadir los aceite de esencias y remover. Trasladar inmediatamente a un molde, taparlo con una toalla y dejar reposar al menos 48 horas. Cuando el jabón se haya endurecido, desmoldar con la ayuda de unos guantes de goma y cortar en pastillas. Cubrir de nuevo y dejar secar 4 semanas más. Este jabón blanco y cremoso es perfecto para todo tipo de pieles. Las hojas de manzanilla dan un aspecto natural. Se puede utilizar también como champú para aclarar y dar brillo al cabello rubio. Ingredientes
  • 425 ml de agua destilada o mineral
  • 2 bolsitas de manzanilla
  • 510 ml de aceite de coco
  • 225 ml de aceite de oliva Betis
  • 125 de aceite de almendras dulces
  • 155 ml de hidróxido de sodio
  • 2 cucharaditas de aceite esencial de manzanilla
  • 1 cucharadita de aceite de esencia de hierbas de limón

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