En Navidades las comidas están muy presentes, y es que hay muchos días señalados donde lo más importante es la comida o la cena, está nochebuena, el día de Navidad, nochevieja, el día de año nuevo, el día de reyes… en definitiva muchos días en los que hay que elegir como agradar a nuestros comensales. Por eso hoy traemos una macedonia ligera y muy original con la que sorprenderás a todos. Se trata de un postre nutritivo, lleno de vitamina C, de fácil digestión y pocas calorías. ¿Se puede pedir más?

Elaboración:

Empezamos por pelar 4 naranjas a sangre, es decir,  retirando, no sólo la cáscara, sino también la piel y las membranas que recubren cada gajo. Una vez lista,  colocamos los gajos repartidos en 4 platos. Sabemos que es una elaboración más costosa pelar las naranjas de esta forma pero quedarán mucho más elegantes, jugosas y vistosas, en definitiva,  hace nuestro postre mucho más apetecible.

Despepitamos los dátiles y los cortamos a tiras, lo más finito que podamos y las colocamos repartidas sobre los gajos de naranja.

Pelamos los pistachos y los echamos en un mortero machacándolos hasta que queden en trozos irregulares, los repartimos por encima de nuestras naranjas y dátiles.

Exprimimos la naranja que nos queda hasta obtener los 25 mililitros de zumo. Ponemos un cacito al fuego y calentamos ligeramente el zumo con la miel de azahar, las gotas de agua de azahar y el aceite Betis. Emulsionamos los ingredientes a fuego lento y cuando tengamos una mezcla homogénea,  echamos esta salsa templada por encima de los ingredientes y añadimos una pizca de canela a nuestro gusto.

Esta deliciosa macedonia se debe servir recién hecha para que los frutos secos no pierdan su crujiente. Y si la acompañas de pequeñas quenelles de queso ricotta o queso fresco de cabra será espectacular.

Nota: las cantidades indicadas son para 4 personas, preparación 15 min.