Las propiedades del aceite de oliva lo hace uno de los productos más efectivos y beneficiosos  de la cosmética natural, es una gran fuente de vitamina E, un eficaz aliado para evitar el envejecimiento facial, hidratar la piel, fortalecer el pelo, mantener la elasticidad de la piel, etc. Además constituye un alivio para heridas, lesiones y quemaduras, especialmente recomendada para pieles secas o sensibles.

Si quieres aprender cómo hacer jabón de aceite de oliva casero,  sigue esta sencilla receta y podrás disfrutar de un producto elaborado por ti, de producción económica y completamente natural.

Ingredientes:

• 1 litro de aceite de oliva Betis
• 125 gramos de sosa cáustica
• 300 mililitros de agua

*NOTA: Al usar solamente aceite de oliva conseguimos un jabón hidratante, pero no generará espuma… genera una especie de “babilla” característica del jabón de 100% aceite de oliva.

Proceso:

El tiempo de elaboración es aproximadamente de una hora y media.

Durante todo el proceso es necesario ponerse guantes y gafas de protección ya que cualquier gota salpicada puede ser muy abrasiva.

Es muy importante realizar las mezclas y la cocción en un lugar muy bien ventilado ya que las reacciones generan vapores dañinos.

Las cacerolas a utilizar deben ser de acero inoxidable, nunca  de aluminio, hierro u otro metal.

En cuanto a los utensilios que utilizaremos para remover la mezcla optaremos por los de madera o plástico resistente.

PASO 1: Mezclar el agua y la sosa cáustica.

Poner el agua tibia en un barreño de plástico duro o de madera y poco a poco veamos echando la sosa y moviendo con un palo o cuchara de madera. Irás notando que la temperatura del agua va subiendo, puede llegar  a alcanzar  los 90ºC, por lo que hay que tener mucho cuidado en este paso.

Debemos mover bien para asegurarnos que la sosa está totalmente diluida en el agua y luego lo dejaremos reposar para que baje la temperatura, hasta la temperatura ambiente durante unos 30 minutos aproximadamente.

PASO 2: Añadir la mezcla de sosa y agua el aceite de oliva.

El aceite y la mezcla de sosa y agua deben estar a una temperatura similar. Una vez que la mezcla de agua y sosa esté a temperatura ambiente vamos añadiendo el aceite despacito y en pequeñas cantidades mientras vamos moviendo la mezcla en círculos. Poco a poco la mezcla se va a volver más densa y va tomando más cuerpo (hasta adquirir la consistencia de una mahonesa). Si quisieras añadir algún detalle al jabón, como por ejemplo unas flores, aceite esencial, arcilla o pulpa de aloe vera, ahora sería el momento de hacerlo. Este proceso tarda una media hora aproximadamente.

PASO 3: Llenando de los moldes.

Con cuidado vertemos la mezcla en los moldes, si son de silicona mejor porque así se desmolda más fácilmente, los cubrimos y envolvemos bien con film transparente y lo dejamos en un lugar seco fuera del alcance de niños. A las 48 horas ya se ha endurecido el jabón y se puede desmoldar y cortar.

PASO 4: Curado del jabón.

El último paso es dejar “curar” el jabón para que finalice el proceso de saponificación y así la sosa sea totalmente inocua para su uso.  Para ello Colocaremos  los jabones ya cortados en una bandeja de rejilla y sobre un papel en un lugar sin luz directa y fresco. Cada dos días le daremos la vuelta a los jabones para que se vayan secando de forma homogénea. Dejaremos el jabón curar durante 4 semanas, y ya estará apto para uso.