EL ACEITE DE OLIVA PROTEGE AL HIGADO

01-03-2018-N1-AVOE-HIGADO_plantilla_web  

José Luis Quiles investigador del Instituto de Nutrición José Mataix, del Centro de Investigación Biomédica (CIBM) del Departamento de Fisiología de la Universidad de Granada, ha liderado una investigación que analiza el efecto que la ingesta de diversas grasas insaturadas como el aceite de oliva virgen, de girasol o de pescado, tiene sobre el hígado. La conclusión de este trabajo, que ha durado más de cuatro años, es clara:

El efecto a largo plazo de la grasa acumulada en ese órgano es mucho más positivo en el caso del aceite de oliva virgen que en el de girasol o pescado”.

La investigación de José Luis Quiles y su equipo se ha desarrollado en ratas y surgió, para estudiar la interrelación entre oxidación y envejecimiento celular y el diferente grado de oxidación que cada grasa provoca.

Partiendo de la hipótesis de que la grasa que se ingiere en la dieta es utilizada por las células para construir sus membranas y que cada tipo de grasa provoca un grado de oxidación celular diferente, la ingesta de un tipo u otro provocaría una oxidación diferente y, por tanto, un envejecimiento distinto a su vez”.

En la investigación se emplearon seis grupos de ratas, con 12 de ellas en cada grupo. Las ratas fueron alimentadas de acuerdo a los parámetros diarios establecidos como saludables para cada una de las diferentes grasas (oliva virgen, girasol o pescado).

El estudio no valora, de hecho, el abuso de estas grasas, sino que parte de la ingesta diaria recomendada, si bien, muy continuada en el tiempo. El resultado de la investigación, que ha sido publicado en Journal of Nutritional Biochemistry, determina que la grasa se acumula progresivamente en el hígado, es diferente según el tipo de aceite y, finalmente, que a más edad, más acúmulo de grasa se produce en el órgano hepático.

En el caso del aceite de oliva virgen, no se apreciaron problemas asociados a ese acúmulo. Sin embargo, en el caso del aceite de girasol, se apreciaron “fibrosis, alteraciones ultraestructurales, bloqueo a nivel de expresión génica y un alto grado de oxidación”. El de pescado “además de intensificar la oxidación asociada al envejecimiento, redujo la actividad de la cadena de transporte electrónico mitocondrial y alteró la longitud relativa de los telómeros”.

La ingesta prolongada es la clave, el aceite de girasol induce al hígado a una situación que puede definirse como el paso previo a una enfermedad relevante. Posibilita la aparición de esteatosis o hígado graso que, si bien no puede considerarse una enfermedad, una vez que se tiene y si se dan una serie de eventos en la persona, sí puede derivar en una esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que ya sí es una patología. La EHNA es una enfermedad hepática que, puede ser el paso previo a patologías como la cirrosis hepática o el cáncer de hígado.

FUENTE: Journal of Nutritional Biochemistry.

 

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