España es el país más saludable del mundo. Resulta paradójico escribir esto cuando estamos sufriendo la segunda ola de la crisis sanitaria del COVID−19, pero por segundo año consecutivo encabezamos el ranking elaborado por Bloomberg a partir del Índice de Salud Global que han desarrollado.

Este Índice analiza varios factores o determinantes de salud (tabaquismo, obesidad, esperanza de vida, disponibilidad de agua limpia, etc.) para clasificar a los países y, con una puntuación máxima de 100, los ordena de más a menos salud general.

En el caso de España, la puntuación ha sido de 92.75 puntos, colocándose así un año más a la cabeza de los países saludables. Y es que nuestro país destaca por muchas razones. Entre otras, por nuestro patrón de alimentación mediterráneo y por su enormemente variada cocina. Gastronómicamente, España es difícilmente igualable.

Además de la dieta, contamos con otros factores como el clima o nuestro estilo de vida y el estudio destaca también que somos el país con el porcentaje más alto de caminantes de Europa, con un 37% de la población que va caminando al trabajo en lugar de conducir en comparación, por ejemplo, con solo el 6% de los estadounidenses que lo hacen.

Según el ranking del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), en 2040 los españoles tendrán una esperanza de vida media de 85,8 años, cifra significativamente superior a la de 2016, que estaba en 82,9 años, con lo que llegaríamos a superar a Japón.

Como complemento a estos datos, el informe Health at a Glance 2020, elaborado por la OCDE y la Comisión Europea y recientemente publicado, reafirma que España se encuentra en una buena posición de salud con respecto a sus vecinos dentro del entorno europeo.

Concretamente, en términos de obesidad entre adultos, nuestro país se encuentra en un nivel intermedio en cuanto a prevalencia de exceso de peso. Por su parte, en el caso de los niños, España se sitúa incluso algo mejor, pues presenta unas cifras algo por debajo que el dato medio europeo.

España es un país saludable y la industria de alimentación y bebidas trabaja para que lo sea todavía más. Por una parte, proporcionando a los ciudadanos productos de calidad, seguros y variados. Además, trabajando de manera sostenible y adaptándonos a los actuales hábitos de vida y a los nuevos modelos de familia, sin por eso renunciar al gusto y al equilibrio nutricional.

Los elaboradores de alimentos innovan y se anticipan para dar respuesta a las nuevas demandas y tendencias del consumidor y facilitarle una amplia gama de productos adecuados a sus gustos, necesidades y capacidad adquisitiva.

Somos, además, un sector imprescindible para la economía española, con más de 30.000 empresas elaboradoras de alimentos y bebidas que dan empleo a casi medio millón de personas distribuidas por todas las comunidades autónomas, fijando población y contribuyendo al desarrollo local.

En estos días que se están debatiendo y votando los Presupuestos Generales del Estado, reiteramos nuestra voluntad de seguir trabajando para ser la locomotora social española y consideramos que cualquier aumento de la presión fiscal sobre el sector tendría graves efectos económicos y sociales.

Pedimos políticas encaminadas a la protección de la actividad industrial y del sector de alimentación y bebidas, esencial para la generación de empleo y el proceso de recuperación de la economía española.

Fuente: Fiad.es