Trucos de cocina Parte II

En este artículo continuamos  con más trucos de cocina con aceite de oliva Betis para hacernos la vida más fácil en los fogones y con ello mejorar  nuestros platos.

Rehidratar tomates: dejar los tomates en un recipiente con agua toda la noche. Al día siguiente, escurrir y secar con papel de cocina. Disponer los tomates por capas en un recipiente y cubrir con aceite de oliva Betis. Añadir las especias al gusto.

Tartaletas crujientes: añadir a la masa de las tartaletas un chorrito de aceite de cacahuete para conseguir que éstas estén más crujientes.

Conservar el aceite de oliva: para evitar que, con el tiempo, el aceite de oliva se vuelva rancio, se recomienda introducir un terrón de azúcar en la botella. Se  trata de aceite sobrante de los fritos, guardar en un recipiente de boca ancha y echar un chorrito de coñac o aguardiente. Se formará una capa en la superficie que conservará el sabor del aceite.

Reutilizar el aceite de oliva: no se debe mezclar nunca un aceite nuevo con un aceite que ya está usado, ni tampoco un aceite de oliva con uno de semillas. Los aceites tienen diferentes  puntos de humo; el de oliva aguanta más temperatura que el resto y, si se mezclan, el menos resistente se quema y contamina al otro con sustancias irritantes y potencialmente tóxicas, por lo que se reduce el número de veces que se puede reutilizar.

Pasta al dente: agregar un poco de aceite de oliva Betis al agua donde se va a cocer antes de que hierva. Evita que la pasta se pase o se pegue.

Evitar el sobrecalentamiento del aceite: lo ideal es no sobrepasar durante la fritura la temperatura de 170ºC. Si se utiliza una freidora eléctrica, se puede regular el termostato para que el aceite no humee ni se oscurezca. Los alimentos deben estar secos al freírlos, ya que el agua provoca la descomposición del aceite. Hay que filtrar el aceite después de cada fritura para eliminar los restos de alimento para evitar que provoquen su oxidación y descomposición. Es necesario cambiar con frecuencia el aceite utilizado para freír. Para saber si se puede reutilizar hay que observar su aspecto; según el uso que se le haya dado se puede volver a emplear entre 2 y 4 veces.

Trucos para comprobar la temperatura  del aceite: echar en el aceite un trocito de pan. Si cae al fondo de la sartén y no sube, quiere decir que está a menos de 160ºC, ideal para freír verduras. Si cae y sube a la superficie con rapidez, la temperatura será de 180ºC, y por tanto se puede freír todo tipo de alimentos. Por último, si no llega a sumergirse y se fríe rápidamente, el aceite está a 190ºC, temperatura máxima.

Rebozados más crujientes: para que los alimentos rebozados queden más crujientes y menos aceitosos, añadir por cada huevo batido una cucharada de agua. Después de la fritura, colocar los alimentos sobre papel absorbente para que suelten el exceso de aceite.

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