EL ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA Y EL COLESTEROL
  • /
  • Noticias /
  • EL ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA Y EL COLESTEROL

Muchas personas tienen una predisposición genética a tener el colesterol alto, síndrome conocido como hipercolesterolemia, debido a un funcionamiento inadecuado del gen que se encarga de la eliminación del colesterol de la sangre. Sin embargo, actualmente el factor determinante que causa un mayor incremento de los niveles de colesterol, es la inactividad física combinada con una mala alimentación, principalmente por la ingesta excesiva de grasas saturadas presentes en los productos lácteos, en las carnes y sus derivados, y en los aceites vegetales de origen tropical como el coco o la palma, ampliamente utilizados en la elaboración de comida precocinada y en los alimentos industriales (repostería, bollería, etc), de gran consumo en la actualidad.

El aceite de oliva virgen extra puede ayudar a controlar el colesterol, aumentando el colesterol bueno (HDL) y reduciendo el colesterol malo (LDL). Sin embargo, no vale cualquier aceite de oliva, ya que tiene mucho que ver con la cantidad de ácido oleico y polifenoles (antioxidantes naturales) presentes en el aceite, y eso depende de algunos factores como la variedad de aceituna o su grado de maduración, determinantes para obtener un aceite de oliva virgen extra de la máxima calidad.

El “colesterol bueno” o HDL, ayuda a eliminar la grasa y el “colesterol malo” o LDL  que tiende a acumularse en las paredes arteriales, contribuyendo a reconducirlo al hígado para que nuestro organismo lo elimine. Por tanto, el riesgo de obstrucción de las arterias se reduce, así como el índice de bloqueo y de posibles ataques al corazón o al cerebro. Numerosos estudios confirman que el aceite de oliva virgen extra potencia los efectos del colesterol bueno, facilitando el transporte del colesterol malo a través de la sangre como si fuese un lubricante, debido a los beneficios que aporta su alto contenido en ácido oleico, que es una grasa monoinsaturada del tipo omega-9, totalmente indispensable para la vida humana. Las variedades más conocidas con un mayor contenido en ácido oleico son la picual y la cornicabra (75,8%), y las que menos, la picudo (62,7%) y la arbequina (63,3%). En la práctica, el mayor o menor contenido en ácido oleico se puede apreciar fácilmente nada más catar un aceite de oliva, ya que por regla general, los aceites con una menor concentración en ácido oleico son más fluidos y tienen una estructura más ligera en boca.

Existen numerosos estudios científicos que han demostrado que el aceite de oliva virgen extra ayuda a la absorción del colesterol malo, debido a su alto contenido en polifenoles como la oleuropeína, que contribuye DE FORMA determinante a la oxidación del LDL. La oleuropeína está presente de forma importante en las hojas del olivo y en la pulpa de la aceituna, y es el responsable del intenso sabor amargo de estas.

Los aceites de coco o de palma se utilizan frecuentemente para elaborar productos tan habituales en nuestros días como la bollería o la repostería industrial, son siempre refinados mediante un proceso químico, y además contienen mayores niveles de grasas saturadas que contribuyen a elevar el colesterol.

Otros aceites vegetales y también refinados como el aceite de girasol o el de maiz, aun estando enriquecidos de forma artificial con ácido oleico, pueden contribuir a descender el colesterol malo, y también descienden el colesterol bueno,  por lo que no son tan efectivos como el aceite de oliva virgen extra, que el único aceite vegetal no refinado, es puro zumo.

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación, y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestra Política de cookies. Acepto

NEWSLETTER