Diferentes formas de cocinar el pescado
En términos generales, todas las variedades de pescado son ricas en proteínas y minerales esenciales. El pescado de mar es excepcionalmente rico en ácidos grasos (ácidos grasos insaturados, omega 3 y minerales como el yodo, cinc, fósforo y selenio). Estos alimentos son fundamentales para controlar el colesterol malo. Además, benefician el sistema circulatorio y el sistema inmune. También, el hígado de pescados como el bacalao es rico en vitamina D.
Hay diferentes formas de cocinar el pescado aprovechando todo su sabor y propiedades.
Cocidos: Como norma general, para cocer pescados se emplea un caldo corto, a base de agua y leche o vino blanco, con zanahoria, cebolla, laurel, perejil, pimienta en grano y sal. Si no lleva leche se puede añadir zumo de limón. Siempre hay que poner el pescado a cocer en frio para evitar que la piel se rompa, cosa que ocurre si se va calentando poco a poco.
Respecto al tiempo de cocción, en los pescados planos tipo lenguados, nada más romper el hervor, hay que detenerlo añadiendo un vaso de agua fría y retirarlo de fuego porque ya está cocido. Los pescados gruesos, por ejemplo la meluza, necesitan más tiempo. Para menos de dos hilos harán falta unos quince minutos. Un cuarto de hora antes de servir se saca del caldo para que escurra; pero hay que tener la precaución de cubrirlo con un paño para que no se reseque. Generalmente se acompaña con patatas y verduras hervidas o ensalada y alguna salsa.
Fritos: El pescado, antes de freírlo, se reboza de distintas maneras: en harina solamente, en harina y huevo, en huevo y pan rallado, en leche y harina y en gabardina (pasta clara de harina y agua, con o sin bicarbonato, según se desee que suba al freír o no). El aceite de oliva estará a punto para freír antes de empezar a humear, y habrá que conservarlo así durante toda la fritura. Si está más caliente, el pescado se quemará, por fuera y quedará crudo por dentro; si está más frío, se ablandará y deshará. La cantidad de aceite debe ser abundante, de modo que el pescado flote en él. Los mariscos no se adaptan a esta forma de preparación.
A la parrilla: Para que el pescado no se pegue es preciso que los barrotes de la parrilla estén bien calientes. Antes de ponerlos al fuego se impregna bien de grasa, aparte de cualquier preparación anterior propia de la receta.
Al horno: El pescado siempre se introduce en el horno previamente caliente. Los tiempos de cocción varían según la especie; los planos y en rodajas se hacen en 10 minutos; los gruesos entre 20 y 25 minutos, dependiendo del peso. En este último es conveniente practicar unos cortes en el lomo, y siempre regar de vez en cuando con el jugo, que se puede aumentar con caldo de pescado o vino si es necesario.
La norma general es que para pescado y marisco convienen los vinos blancos secos y ácidos, servidos fríos pero no helados. Sin embargo, si el pescado se ha preparado con vino tinto, se debe acompañar con éste. Los pescados azules se combinan bien con los rosados servidos a 10ºC. Además, con los mariscos se puede servir champán a 8ºC.